Luego de un año y medio de investigación el Fiscal Luis Caldentey, los Dres. Leandro Cortellezzi, Roberto Ojeda, Raúl Frizza junto a otros funcionarios del Ministerio Público del Departamento Judicial Trenque Lauquen y Policía Especializada, allanaron el pasado sábado un local en Pehuajó. Encontraron 7 mujeres que eran explotadas sexualmente e incautaron una caja con 120.000 pesos.La investigación se inició en octubre del 2012 con un informe elaborado por el grupo de Fiscalía General, especializado en trata, que integran las abogadas Norma Dadario y Karina Vicente y la trabajadora social Alejandra Lingua. Esto ante la certeza de que en ese lugar se explotaba sexualmente a varias mujeres. El informe pasó a manos del titular de la Fiscalía Descentralizada de Pehuajó, Luis Caldentey.Tras casi 20 meses de investigación, se reunieron los elementos suficientes como para pedir la correspondiente orden de allanamiento, que extendió la jueza de Garantías Alicia Cardosi. El operativo comenzó a las 2 del sábado y finalizó minutos antes de las 8.Participaron, además del Caldentey y su gente, Leandro Cortelezzi, Secretario de Fiscalía General, otros agentes fiscales: Roberto Ojeda y Raúl Frizza y la Comisión de la Policía Federal cuya presencia habría sido requerida.
Se puedo establecer que en el lugar no se efectivizaban los “pases” que tenían como escenario un motel cercano.En el local allanado encontraron a 7 mujeres cuyas edades orillaban promedio los 28/30 años con la excepción de una de 52. Cinco de ellas son de nacionalidad dominicana, dos tienen domicilio en Carlos Casares y viajaban diariamente, dijieron ser casadas. Las otras 3 viven en Pehuajó al igual que otras 2 argentinas.Todas están documentadas, las extranjeras contaban que mensualmente giraban dinero a sus hijos que dejaron en República Dominicana. El proxeneta no les retenía los celulares y, por lo que se desprendía de los relatos, se movían con libertad. Pero les era entregada la mitad del dinero que dejaban los clientes de copas y sexo.De los testimonios de las prostitutas se desprende que la cita se concertaba en el local donde el cliente comenzaba con las copas que tenían un valor único de $100. Si las cosas marchaban, pagaba $300 por adelantado y se iba con lo chica elegida hacia el motel donde pagaba $200 por la habitación. Si no tenía movilidad propia, desde “lo de Teto” llamaban a un remisero (siempre el mismo) a cargo del mismo cliente.
Al final de la jornada; el encargado de la barra, conocido como “corcho”, sacaba las cuentas de las copas vendidas a través de los buenos oficios de las mujeres que llevaban su propio control con banditas elásticas en la muñeca. Cada una recibía la mitad del importe y García les entregaba el 50% de los pases concertados.En la casa de García, también allanada, encontraron e incautaron una caja con $120.000, monto que, se puede suponer es parte de lo que recuperaba como proxeneta. Ni en el domicilio ni en el local se encontraron libretas sanitarias ni preservativos, que se infiere proveería el motel.